¡¡Cuanto tiempo con el blog sin actualizar!! Casi habréis pensado en que había tirado la toalla, pero no...aquí sigo aunque no publique entradas tan amenudo no pienso abandonar. El trabajo me ha tenido muy ocupada y como también estoy preparando la comunión de mi hija mayor, apenas he tenido tiempo de sacar fotillos a las recetas y poder actualizarlo.
Tengo varias recetas pendientes de publicar, pero no quería dejar escapar ésta de potaje que preparé estos días pasados de cuaresma.
Bueno y como siempre ahí dejo el paso a paso:
INGREDIENTES:
- Judías blancas (Ponerlas en remojo la noche anterior).
- 1 Punta de jamón.
- Bacalao desalado (Si no está desalado ponerlo en remojo 24 h. cambiándole varias veces el agua)
- Espinacas.
- Huevo (1 por persona)
- 2 Zanahorias, 2 dientes de ajo y 1 cebolla.
- 1 Tomate grande.
- Laurel.
- Pimentón de la vera.
- Vino tinto.
- Aceite y sal.
En primer lugar ponemos a cocer en abundante agua las judias, las zanahorias peladas enteras, la punta de jamón, laurel, una pizca de sal y aceite.
En un cazo pequeño ponemos a cocer los huevos durante 10 minutos, pondremos tantos huevos como comensales tengamos. Pasado ese tiempo sacamos los huevos y los dejamos enfriar hasta el final.
En otra cazuela pequeña ponemos a cocer las espinacas. Cuando estén tiernas las escurrimos y reservamos.
Mientras se cuece todo lo demás pochamos en una sartén grande la cebolla picada menudita y el ajo
Freimos en este pochado el bacalao, primero por el lado de la piel.
Mientras se frie el bacalao, pelamos y quitamos al tomate las semillas, después lo picamos pequeñito.
Quitamos la piel al bacalao y con la cuchara de madera lo desmigamos y mezclamos bien, añadimos depués el tomate.
Rehogamos y añadimos las espinacas bien escurridas mezclandolo todo, luego le ponemos una cucharadita de pimentoón.
Retiramos de la olla de las judías, la punta de jamón, las zanahorias y el laurel, le añadimos todo el sofrito de la sartén , mezclamos y echamos el vino tinto. Dejamos cocer hasta que las judias estén tiernas. Ya sólo queda emplatar, poniéndole por encima a la hora de servir el huevo.
